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Esta es la tapa virtual

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miércoles, 24 de febrero de 2021

Sri Aurobindo y sus enseñanzas

 Los siguientes fragmentos corresponden al capítulo 3


   A la mañana siguiente salí a conocer Pondicherry, que me pareció otra India: es una hermosa y pequeña ciudad al borde del mar, con una blancura que tiene algo de arena y sal. Elegantes y antiguos edificios coloniales, limpieza en sus calles bien trazadas, y agradables bares donde se podía tomar café con croissants*. La pobreza allí se notaba menos: casi no había mendigos y los pocos que vi no parecían desnutridos.


  Me dijo que el ashram de Sri Aurobindo estaba por todos lados. Y eso pude comprobar más tarde: toda Pondicherry está ligada a Sri Aurobindo y hay sitios aurobindianos en diferentes puntos de la ciudad.

 

   Era una publicación del ashram, y una foto de Sri Aurobindo bastante joven ocupaba una página entera. En su porte heroico, en su mirada de fuego, percibí a un ser excepcional. 


   Sri Aurobindo reveló que el próximo paso de la evolución es el desarrollo sobresaliente del Espíritu en nosotros y en el planeta… Se trata de un descenso de lo Divino en los seres y en el mundo mayor que hasta ahora… Se trata de divinizar la tierra…  

 

   Sri Aurobindo seguía los dictados de esa Voz Interior, no solamente para escribir, sino para dirigir su vida en aspectos bien concretos… Fue esa Voz la que lo guió cuando cayó prisionero de los ingleses…


   Supe que vivía a pocos kilómetros de Pondicherry, en Auroville, un proyecto comunitario iniciado por Madre.

—Si siguiéramos al pie de la letra las enseñanzas de Sri Aurobindo tendríamos que ser todos célibes… ¿Ya?... Él, a partir de algún momento, practicó el más absoluto celibato, y eso era lo que recomendaba a los discípulos que practicaban su Yoga, siendo el sexo un obstáculo para el descenso de la Fuerza.

—¿O sea que con Madre era una relación únicamente espiritual?

—Sí, pues … Aunque sin duda se amaban: ambos decían que eran la misma conciencia en dos cuerpos.


   Cuando pidió una segunda botella, le pregunté si no estaba mal para un practicante de Yoga beber tanto alcohol. 

—¿Cómo así? —dijo sin mostrar embarazo—. Es de noche, estamos platicando, un poquito de vino no está mal… 

 


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