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Esta es la tapa virtual

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miércoles, 3 de marzo de 2021

Sri Aurobindo. El enigma de este mundo (1)

                                                                  

                                             Nota de la traductora


   La visión de Sri Aurobindo es compleja, original y profundísima, y en esta larga carta aparece la esencia de su pensamiento.  Lamentablemente hay poco de él traducido al castellano, y debido  al gran nivel de abstracción de sus conceptos, fue un trabajo que me demandó muchísimo tiempo. Respeté con precisión sus ideas, pero me permití algunas mínimas libertades en el estilo, para hacerlo más comprensible y facilitar así la lectura. Lo destacado en negrita fue una manera de dar relevancia a los conceptos e ideas fundamentales.

   Espero que sirva de introducción para conocer sus enseñanzas. Y para los que no sepan quién fue, hay un post con un pequeño resumen de su vida en el blog:

     http://creadoresmisticosytransmutantes.blogspot.com 

 

   Y una última aclaración, no menos importante: 

   Las ideas de Sri Aurobindo, al igual que la de muchos otros grandes pensadores, filósofos y místicos de Oriente y Occidente, se inscriben dentro de lo que se llama Sabiduría Perenne, una visión de nosotros y de la Realidad en la cual todos coinciden.



                                  El enigma de este mundo (1)


   No puede negarse —y ninguna experiencia espiritual lo negará— que éste es un mundo insatisfactorio, fuertemente marcado por el mal, el sufrimiento y las privaciones. Esta percepción es de alguna manera el punto de partida del anhelo espiritual, excepto para los pocos a quienes la gran experiencia sucede espontáneamente, sin ser forzados hacia ésta por la fuerte, abrumadora y angustiante  sensación de la Sombra, que amenaza por detrás de la completa variedad de esta existencia manifiesta. Pero todavía queda la pregunta de si ese es el carácter esencial de toda manifestación y si —como hay un mundo físico— éste debe ser de esa manera. Si fuera así, el deseo por nacer, la voluntad por manifestarse o crear, deberían ser considerados como el pecado original, y la renuncia al nacimiento o a la manifestación, como la única vía posible de salvación… 

   Pero podría no ser así y sólo parecer de esta manera para nuestra ignorancia o conocimiento parcial: la imperfección, el mal, el sufrimiento, podrían ser un tránsito doloroso y no la misma condición de la manifestación, no la misma esencia del nacimiento en la Naturaleza. Entonces, la mayor sabiduría no consistiría en escapar, sino en el anhelo por una victoria aquí, mediante una concertada asociación con la Voluntad que está por detrás del mundo; mediante el descubrimiento de la entrada espiritual a la perfección, que sería al mismo tiempo una apertura para el completo descenso de la Luz Divina, del Conocimiento, del Poder y de la Beatitud. 

  Toda experiencia espiritual afirma que hay algo Permanente por encima de la transitoriedad de este mundo manifiesto en el cual vivimos…, y que sus características son eternidad, auto-existencia, libertad, Luz absoluta y Beatitud absoluta. 

   ¿Hay entonces un insalvable abismo entre aquello que está más allá y lo que está aquí?  ¿Están los dos perpetuamente opuestos, y sólo dejando esta aventura en el Tiempo detrás, saltando este abismo, puede el ser humano alcanzar lo Eterno? Eso es lo que parece estar al final de una vía de experiencias que ha sido seguida, hasta su rigurosa conclusión, por el Budismo, y un poco menos rigurosamente, por cierta clase de espiritualidad que admite alguna conexión del mundo con lo Divino, pero que en última instancia los opone el uno al otro como verdad versus ilusión. Aunque también tenemos esta otra e indudable experiencia (cuando vamos desde su apariencia hasta su Realidad) de que lo Divino está aquí, en todo, lo mismo arriba que detrás de todo; que todo está en Eso y es Eso. 

   Hay un hecho significativo e iluminador: el Conocedor de Brahman puede vivir en absoluta paz, luz y beatitud, incluso moviéndose y actuando en este mundo y soportando todos sus golpes. Hay aquí, entonces, algo más que una severa oposición: hay un misterio, un problema que debe admitir alguna solución menos desesperada. Esta posibilidad espiritual brinda un rayo de esperanza a la oscuridad de nuestra debilitada existencia.

  Y una primera pregunta aparece: ¿es este mundo una permanente sucesión de los mismos fenómenos o hay en éste un impulso evolutivo, un hecho evolutivo, una escalera de ascenso desde una original y aparente Inconciencia hacia una conciencia más y más desarrollada, que asciende siempre, para emerger en niveles más elevados, todavía fuera de nuestro alcance? 

   Si fuera así, ¿cuál es el principio fundamental, la lógica de dicho desarrollo

   Todo parece señalar dicho desarrollo como algo espiritual y no simplemente como una evolución física. Aquí también hay una vía de experiencias espirituales en la que descubrimos que el Inconciente, desde el cual todo comienza, lo es solamente en apariencia, porque en el mismo está inmersa una Conciencia con ilimitadas posibilidades, una conciencia cósmica infinita, una oculta y aprisionada Divinidad, aprisionada en la materia pero con todas las potencialidades sostenidas en su secreta profundidad. 

   A partir de esta aparente Inconciencia, cada potencialidad es a su debido turno manifestada. Primero en Materia organizada que oculta al Espíritu que la habita. Después en la Vida que emerge en las plantas y que se asocia en los animales con una Mente en crecimiento. Y luego en la misma Mente, evolucionada y organizada en el Ser Humano. 

   ¿Esta evolución, este desarrollo espiritual, se detiene aquí, en el imperfecto ser mental llamado Ser Humano? ¿O el secreto para él es, simplemente, una sucesión de renacimientos, cuyo único propósito es atarearse hasta un punto en el cual pueda comprender  su propia inutilidad, renunciar a sí mismo y saltar hacia alguna existencia jamás nacida o hacia una no-existencia? 

   Al menos está la posibilidad,  o en algún momento llega la certeza, de que hay una conciencia mucho más grande que la que llamamos Mente, y que ascendiendo la escalera aún más alto, podemos encontrar un punto en el cual el sostén de la inconciencia material, de la ignorancia vital y mental, termina. Y se manifiesta un principio de conciencia capaz de liberar —no parcialmente, no imperfectamente, sino radicalmente y por completo— a lo Divino aprisionado. 

   En esta visión, cada estadio evolutivo aparece como debido al descenso de un crecientemente elevado Poder de Conciencia, el cual hace ascender el nivel terrestre, creando un nuevo nivel. 

   Pero lo supremamente elevado todavía está por descender, y es por su descenso que el enigma de la existencia terrestre recibirá la solución. Y no sólo el alma sino la misma naturaleza encontrarán su liberación. Ésta es la Verdad que ha sido vista en destellos por los videntes a quienes el Tantra llamaría heroicos y divinos buscadores; Verdad que puede estar ahora acercándose al momento de su total revelación. Si este elevado desenlace está esperándonos —cualquiera sea el peso de la lucha, del sufrimiento y de la oscuridad todavía en el mundo— lo sucedido antes no es un precio demasiado alto, debido a la gloria que ha de llegar… 

   Hay una Luz Divina inclinada sobre el mundo y no es un brillo lejano e inefable.



                                                                                                (continúa)


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